Tuesday, November 30, 2004

Estrategia de “gestión coordinada” de La Caixa

Puede ser verdad lo que escribe el Financial Times que La Caixa, la caja más grande de Cataluña, sigue una política de “gestión coordinada” con las empresas industriales de su grupo. Entendiendo esto como que las empresas en su entorno no participan en actividades que puedan perjudicar otras empresas de su entorno.

Aunque esto puede sonar como una estrategia madura y racional, especialmente entendiendo que tienen una influencia importante en estas empresas, cuando sus participaciones están por debajo del 100%, parece más a manipulación, actividades anti-competitivas y claramente pasando por alto los intereses de los accionistas minoritarios.

Entendiendo que, aunque estas empresas estén dentro de la esfera de influencia de La Caixa, su participación es normalmente entre 5% and 15%, y los intereses minoritarios pisoteados son en realidad los de la mayoría de los accionistas.

Recientemente hemos visto la situación en que Repsol, la empresa petrolera Española, y donde La Caixa tiene aproximadamente un 5%, ha dejado un negocio de importación a España de gas Ruso, porque Gas Natural, donde La Caixa tiene aproximadamente unos 32%, porque este negocio de importación podría perjudicar a Gas Natural.

Incluso, aparentemente, una de las rezones del cual el antiguo Presidente de Repsol tuvo que dejar su cargo, a por decisión de La Caixa (y compensado muy bien por ello) se dice fue por promover este negocio, además de salir en contra de la fusión de Repsol con Gas Natural, aparentemente también promovido por La Caixa.

Uno imaginaría que, si el negocio de importación de gas Ruso hubiera sido bueno y justificable para Repsol, que lo hubieran hecho. No hacerlo perjudicaría todos los accionistas no participando en la alianza cómoda con La Caixa. Esto es una protección de minoritarios fracasado…….no solo porque no están siendo protegidos pero también por son, en realidad, la mayoría.

Me pregunto qué estarán haciendo los Consejeros independientes mientras esto está pasando.

Si España tuviera un Elliot Spitzer (el fiscal neoyorquino que está investigando actividades financieras fraudulentas) o fondos de inversión activistas (¿CalPer´s adonde estás?) esto sería un clásico caso a investigar. ¿Y qué pasa con los Comisarios de Competencia y de Servicios Financieros de la Unión Europea o las autoridades de las bolsas?

Parece que la transparencia de las bolsas y la profesionalidad en el gobierno corporativo sirven solo para los débiles pero no la forma de hacerse realmente rico.

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